domingo, 18 de diciembre de 2011
Carta de agradecimiento a la única organizadora, creadora, mentora e impulsora de las Jornadas de Cuerpos, Placeres y Deseos (Universidad Austral, Val
Queridísima Natalia Moëller González (nmoellerg@gmx.de) de Valdivia:
Primerisimanente, te quería agradecer de todo corazón no haberme alojado en tu casa ni haber compartido ni tu hogar ni tu comida (tal como habíamos acordado en lo que debía ser una jornada de desobediencia sexual autogestionada, no académica, horizontal, autoconvocada y autofinanciada) y en cambio haberme pagado el alojamiento por tres noches a mi y a una amiga para que conociéramos y disfrutáramos Valdivia. La verdad, la pasamos muy bien juntas en la casa, y nosotras no teníamos dinero para poder alojarnos y pegarnos estas mini vacaciones que toda activista también se merece y necesita.
Asimismo, te queríamos agradecer que nos hayas dejado esperándote por mas de dos horas para luego finalmente plantarnos sin previo aviso cual princesa germana porque eso nos dio la oportunidad de acercarnos y compartir con tus amigas, saber más de vos, divertirnos bailando tanto en la disco que hasta rompimos la suela de las zapatillas. Y así atar cabos y darnos cuenta que ibas a simplemente estafarme con la promesa de unos viáticos universitarios y una manutención alimentaria que no pagarías nunca en unas jornadas montadas para fingir delante de los snobs del arte y los cartuchos sureños algo que realmente no podés sostener políticamente (tu supuesta disidencia sexual) porque tan solo erí una mezquina, avara y tacaña niña bien, de buena familia alemana.
En tercer lugar, te quiero agradecer más que el pago del alojamiento para mi y mi amante por tres días maravillosos, que me compartieras la posibilidad de conocer a unas nuevas amigas sinceras, honestas y humildes, y porque me ahorraste hacer tu “pega” (trabajo en shileno) de profe de manera gratuita (puesto que no ibas ni vos ni la universidad a la cual pertenecés tampoco a pagar por mis servicios profesionales) con un piño de pobres estudiantes a los cuales estabas obligando a asistir a unas charlas mediante la coersión de la nota.
Y por último te estaré siempre brutalmente agradecida porque con tus modales de huaso terrateniente o de oficial de la SS probablemente aprendidos desde la más tierna infancia con las sirvientas mapuches que ante el menor reclamo, malentendido o entredicho en vez de solucionar, avasalla a sus esclavas, miente, esconde y manipula (siempre sazonando con lágrimas, nervio y victimismo típico de las chicas de cara bonita) para finalmente echarnos sin remilgos en pocas horas cual dueña de estancia a su invitada que le está trayendo problemas porque no aceptó -como hacen todas las que con ella trabajan- sus condiciones calladita la boca y sin chistar, por honor. Y te lo agradezco porque con tu gesto ratificás una vez más que no se puede confiar (salvo contadas y probadas excepciones) en nadie rico ni metido en la crema y nata de la academia especialmente en un país donde las universidades son el epítome del capitalismo global integrado para modificar los modos y formas de vida, que de eso se trata el activismo de la desobediencia sexual. El resto solo sirve para rellenar líneas en un Curriculum Vitae de vidas anodinas e inexistentes.
Con todo cariño, un abrazo gigante. Valdivia y Niebla son preciosos!
Leonor Silvestri
(Colectiva Rita Lazo)
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